Reflexiones de un Docente de fines del Siglo XX

por Haroldo Duflos

Nos encontramos a las puertas del Tercer Milenio, en medio de una vorágine donde se mezclan las ambiciones y necesidades de todo tipo, junto con deseos postergados y proyectos inconclusos.
Faltan sólo tres años para entrar en un nuevo siglo y seguimos sin encontrar un rumbo cierto, que nos permita por lo menos asomarnos con la seguridad de saber si debemos cambiar o seguir adelante.
Como docente, y en cierta forma educador (pero teniendo siempre presente que la verdadera y única educación la traemos del seno familiar, y que lo demás son sólo métodos, sistemas, técnicas, tácticas, recursos, herramientas, procedimientos, o como quiera llamarlos) todo esto me lleva a replantearme tanto la Vocación como los Objetivos dentro del sistema educativo.
¿QUÉ PERSIGUE EL MODELO EDUCATIVO Y CUÁL ES SU VERDADERO FIN?.
¿CUÁL ES EL PAPEL DEL DOCENTE EN ESTE MODELO?.
¿CUÁL ES EL PAPEL DE LA ESCUELA PÚBLICA?.
¿CUÁL ES EL PAPEL DEL ALUMNO?.
¿CUÁL ES EL PAPEL DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA, CUÁL ES EL FUTURO DE LA EDUCACIÓN EN LA ARGENTINA?.
Y las únicas respuestas que he encontrado son:
* El actual sistema que ha sido planteado en una forma prepotente e inconsulta (no se tuvo en cuenta la opinión de los padres, alumnos y docentes) que prioriza o mejor dicho ‘endiosa’ las estadísticas (sin duda la más perfecta, organizada y legal de las mentiras) para mostrar en cada situación electoral que sea necesaria.
* Siguiendo con el criterio anteriormente expuesto, podemos deducir que se limita a la producción de mano de obra poco calificada (a pesar de los mensajes mesiánicos de las autoridades responsables del área que auguran destinos de grandeza, entre loas y reverencias al todopoderoso y omnipotente representante de vaya a saber qué intereses).
*La ESCUELA PÚBLICA está para CONTENCIÓN de los alumnos. Dicho de otra forma, su "verdadera función" es tener en el aula a los adolescentes para evitar que estén en la calle, como si ésta fuera la real forma de prevenir la delincuencia.
* Es el conejillo de Indias que será usado para todo lo que sea necesario ( experimentar planes educativos totalmente descolgados de la realidad, conseguir datos estadísticos tan necesarios en los años electivos, mostrar una realidad que no es tal, conseguir un futuro electorado sin capacidad de decisión ni de acción, etc.).
* Es totalmente pasivo e inoperante (salvo casos muy aislados, en donde se hizo escuchar e inclusive tomó la iniciativa) y lo que es peor, «enceguecido» por promesas sobre la calidad y la excelencia que les prometen un futuro lleno de posibilidades.
* Y llegamos a la más acuciante de las incógnitas: ¿Cuál es el futuro de la Educación Argentina? y es aquí donde la realidad nos golpea más duramente, porque es natural que todos deseemos para nuestros hijos y alumnos, un futuro en que puedan SENTIRSE UTILES, porque ¨ser útiles¨, ya lo son, desde el momento en que se los utiliza para experimentar con ellos las más variadas y a veces absurdas "teorías pedagógicas" que están en boga en otros lares, pero que aquí, no pueden aportar soluciones para diferentes problemáticas.
Quizás todo sea el resultado de un siglo de incoherencias en materia educativa, a la que muchos tapan con frases hechas y una mentalidad retardataria: "En mi época, cuando entraba el profesor, nadie respiraba", "Todos los días nos tomaban oral", "Nadie osaba contradecir al profesor", "Los docentes no buscaban lo material y se dedicaban a dar clases", "Los docentes eran autoridades en su materia o área", y como estas, mil frases más.
Bueno, LAMENTO DESILUSIO-NARLOS, pero docentes buenos y malos, más o menos capaces, siempre los hubo y los habrá. Lo que no puede haber son POLÍTICAS EDUCATIVAS INTERESADAS SÓLO EN FINES POLÍTICOS, en las que LO ÚNICO VÁLIDO SEA TENER UNA IMAGEN POSITIVA QUE MOSTRAR HACIA AFUERA. Ahora,si empezamos por algo tan sencillo y coherente, pero al mismo tiempo tan inmenso y poderoso como es el simple hecho de aceptar que la educación es una de las mayores riquezas que puede atesorar un país, para ello nada mejor que ENSEÑAR A PENSAR, de esa manera sí podremos ser realmente los verdaderos dueños y artífices de nuestro destino.